El Salvador nunca ha pedido cancelar un acuerdo de libre comercio (TLC) con Taiwán, por lo que el acuerdo sigue vigente, aunque el país centroamericano cambió el reconocimiento diplomático a China el año pasado, dijo el jueves el Ministerio de Asuntos Económicos de Taiwan (MOEA), citado por la agencia taiwanesa CNA.
Según los términos del acuerdo, si un país desea retirarse, debe informar a los demás con 180 días de anticipación, dijo el MOEA, y agregó que Taiwan nunca recibió tal notificación de El Salvador.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) tampoco ha sido notificada de que El Salvador desea retirarse del TLC, dijo el ministerio.
Bajo el TLC, Taiwán tiene concesiones libres de aranceles sobre unos 3,500 artículos exportados a El Salvador y ha eliminado los derechos de importación sobre unos 5,600 artículos de El Salvador, el ministerio.
Actualmente, el azúcar representa el 66 por ciento del total de las exportaciones de El Salvador a Taiwán, según el MOEA.
La declaración de la MOEA se emitió luego de que el tribunal supremo de El Salvador dictaminara que suspendía la decisión del país de retirarse del TLC, en un recurso judicial presentado por su industria azucarera, que argumentaba que tal medida perjudicaría sus intereses comerciales.
El TLC con El Salvador fue parte de un acuerdo trilateral que fue firmado por primera vez por Taiwán, El Salvador y Honduras el 7 de mayo de 2007 y entró en vigencia en 2008, según un comunicado emitido por el MOEA.
La decisión del presidente en ejercicio, Salvador Sánchez Cerén, en diciembre pasado de retirarse del TLC puso en peligro los derechos de propiedad y la seguridad jurídica de la industria azucarera, según han denunciado las gremiales.
Taiwán y El Salvador rompieron relaciones diplomáticas el 21 de agosto de 2018. El presidente electo, Nayib Bukele, ha dicho que analizará la continuidad de las relaciones con China.
Fuente: DEM
Nuevas reformas al Código de Trabajo le garantizan más derechos laborales
Los diputados modificaron la legislación para dar estabilidad laboral en casos de pos maternidad y enfermedades crónicas.
Desde el 2015 se han venido reformando algunos artículos del Código de Trabajo que garantizan estabilidad laboral a los empleados y que establecen nuevas obligaciones a los patronos.
El objetivo es evitar las malas prácticas que deriven en acoso, discriminación o despido contra empleados y que se dan en algunas empresas, independiente de si es micro, pequeña, mediana o grande.
Con las últimas reformas se está protegiendo con énfasis a las mujeres, por lo que según el Art. 1-A del Código de Trabajo, “la aplicación de este código será interpretada y aplicada de manera integral y en armonía con la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres…”
Jaime Solís, abogado especialista en conflictos laborales de la firma BDS, explicó que hay casos en los que las trabajadoras han sido despedidas al regresar de su licencia por maternidad, una práctica que ahora ya no será posible gracias a la reforma al Art. 113 incluido en el Código de Trabajo.
“Esta reforma brindará una ampliación a la garantía de estabilidad de la mujer en estado de gravidez (embarazo) con la que, bajo ninguna circunstancia podrá ser despedida incluso hasta seis meses posteriores al regreso de su licencia por maternidad “, explicó Solís.
El abogado agregó que si la empresa incumple esta disposición, los patronos podrían afrontar una multa de entre tres a seis salarios mínimos.
Estabilidad laboral para enfermos crónicos y otros cambios
Otra de las reformas que se aprobó en la Asamblea Legislativa fue la de garantizar la estabilidad laboral a personas que padecen enfermedades crónicas.
“Un empleado no podrá ser despedido por causa de su condición de salud tras ser diagnosticado con enfermedad crónica. Esta garantía comenzará a partir de haberse emitido el diagnóstico y se extenderá tres meses después de haber concluido el tratamiento médico”, explicó Solís.
Fuente: EDH
SIEPAC aún no aprovecha toda su capacidad
Las transacciones de energía en el SIEPAC siguen una curva de crecimiento, pero no se ha aprovechado aún toda su capacidad. Los mercados más dinámicos son El Salvador y Guatemala.
El comercio entre los seis países de la región centroamericana llegó a otro nivel en 2013, cuando se empezó a transar energía gracias al Sistema de Interconexión de los Países de América Central (SIEPAC).
Sin aduanas, pero con férreos controles, los centroamericanos también se venden energía eléctrica que viaja por esta línea de 1,792 kilómetros, conformada por 4,622 torres.
Desde esa fecha, esta ruta comercial ha sido utilizada con una tendencia creciente por cada uno de los países. En 2013, las transacciones marcaron 690 gigavatios hora al año (GWh/año), mientras que, al cierre de 2018, según datos del Ente Operador Regional (EOR), fueron 2,651 GWh/año, lo que representa 1,961 GWh/año más y un crecimiento del 284 % en un quinquenio.
El registro no es poca cosa considerando que este esquema es único y ha sido desarrollado por los países centroamericanos generando admiración e interés en otras regiones que buscan emular el SIEPAC.
La interconexión ha permitido que los mercados puedan auxiliarse entre sí ante la demanda de energía no satisfecha a nivel local y en correspondencia la colocación del excedente energético de otro país.
El precio promedio anual de la energía en el Mercado Eléctrico Regional (MER) en 2018 rondó los $74.12 el megavatio hora (MWh), así la factura regional rondó los $196 millones. En 2013, para el caso, las transacciones del SIEPAC fueron de $117 millones.
Pero ¿por qué si en 2013 se transó menos energía que en 2018 la factura fue tan alta? René González, director ejecutivo del EOR, explica que precisamente la disminución de los precios de la energía ha sido uno de los beneficios de la interconexión mediante la compra de contratos firmes. Esto aunado a que los países han diversificado su matriz integrando recursos renovables.
De hecho, el 70 % de las transacciones de energía en este sistema se da bajo este tipo de contratos, cuyo plazo puede ser mensual o hasta un año.
«En el histórico ha venido mejorando el nivel de las transacciones de energía, también el precio ha venido cayendo por diversas razones: mayor oferta de parte de los generadores, precios más competitivos en el MER. Pero obviamente, esa energía barata no llega a todos por una restricción de transmisión que no permite que esos precios se puedan dispersar en toda la región», detalla.
Las limitantes en la cantidad de energía que soportan los sistemas de cada país han sido desde la hora cero del SIEPAC el principal reto a vencer. Por eso el flujo entre algunos países es bajo, como en el sur de la región dependiendo de la época. Pero los grandes jugadores del mercado son Guatemala y El Salvador.
Esta relación ha sido constante casi desde los inicios de la línea. Solo en 2018 El Salvador adquirió el 74.5 % de toda la energía transada en el istmo, y más de 90 % se la compró a Guatemala. Mientras que el gran vendedor en consecuencia es Guatemala, que vendió el 68 % de toda la energía comercializada.
Fuente: LPG