Expertos de distintas entidades coinciden en que la situación de las finanzas públicas está en un momento de mucho riesgo. No actuar implicaría el aumento de la pobreza en el país.
El mal estado de las finanzas públicas sigue siendo uno de los problemas estructurales de El Salvador, y sanearlas requerirá de un pacto fiscal que incluya grandes acuerdos entre partidos políticos y la sociedad. Esta fue la conclusión de un panel de expertos reunidos este martes para analizar las perspectivas fiscales del país, en un foro organizado por la firma Luis Membreño Consulting.
Carolina Alas de Franco, de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), lamentó que en 2018 no se aprovecharon las oportunidades para, por ejemplo, reestructurar la deuda del país y reducir el costo que esta representa para las finanzas públicas.
«El próximo año posiblemente no tendremos condiciones tan favorables. Nos preocupa que el proyecto de presupuesto nos dice que vamos a tener un déficit que va a aumentar un punto porcentual del PIB», indicó. «Estamos en un año preelectoral en el que las decisiones de inversión se frenan, el costo de no haber tomado las medidas de ajuste a tiempo será mayor para los salvadoreños».
Según el Gobierno, 2018 cerrará con un déficit equivalente al 2.7 % del Producto Interno Bruto (PIB), pero el próximo año este aumentará a 3.7 % del PIB, entre otras cosas, por el costo del escalafón de salud y la reducción en la recaudación de la Contribución Especial para Seguridad Ciudadana y Convivencia (CESC).
«Aunque en algunos años se ha reducido el déficit, desde 2009 se ha usado más el financiamiento con deuda, y para financiar gasto corriente. Se crean gastos que se vuelven permanentes», agregó la analista.
Además, señaló Rommel Rodríguez, de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), una característica de los gobiernos más recientes han sido los problemas de liquidez. «Lo que probablemente pasará el siguiente año es un desajuste de las finanzas públicas por problemas de liquidez. Los flujos no son suficientes para cubrir sus necesidades de gasto», prevé.
Indicó que el país está en una situación fiscal complicada, con un incremento en la deuda. Prevén que habrá un cierre fiscal con un déficit superior al 3 % del PIB este año, y que la deuda cerrará en 75 % del PIB. Con el déficit del 3.7 % en 2019, la deuda llegaría al 77 % del PIB.
¿Cuál es el impacto de un deterioro de las finanzas públicas como el del caso salvadoreño? Que el Estado cuenta con menos recursos para invertir en la atención social de sus ciudadanos. No hay fondos para hacer las inversiones necesarias para salud, educación, y otros servicios básicos que deberían proveerse de forma gratuita a la población más pobre, explicó Ricardo Castaneda, representante del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).
Los presupuestos para educación y salud como proporción del PIB se han reducido, recordó, a pesar de que El Salvador tiene la mayor recaudación de Centroamérica.
El próximo gobierno enfrenta pagos de deuda que superarán los $2,500 millones, y aunque Hacienda presentó una propuesta para refinanciarlo, los diputados aún no lo discuten, lamentó Castaneda. «La ventana ya se cerró. Hacer este refinanciamiento con bajas tasas habría representado un ahorro, algo muy importante para un país en el que el servicio de la deuda supera a la inversión en educación».
Advirtió que 155,000 salvadoreños caerían en pobreza si no se toman las medidas adecuadas para estabilizar las finanzas públicas. «Insistimos en la necesidad de lograr acuerdos, sino seguiremos hablando de cómo nos toca sobrevivir con la crisis», dijo.
Los tres coinciden en que la solución requiere medidas que van desde mejorar la gestión del gasto hasta una administración tributaria más eficiente. Todo debe pasar por un gran acuerdo de país, un pacto fiscal que cuente con el compromiso de todos los partidos políticos.
Fuente: LPG
Déficit fiscal 2019 sería el más alto de los últimos tres años
Se calcula que el déficit del SPNF con pensiones rondará los $972.5 millones al término de 2019, un 3.7 % del Producto Interno Bruto (PIB).
El déficit fiscal global, que incluye las pensiones, llegaría en 2019 a un 3.7 % del Producto Interno Bruto (PIB) y sería el nivel más alto desde 2016, advirtió ayer el analista Luis Membreño, de la firma Luis Membreño Consulting.
Se conoce como déficit fiscal cuando los gastos de un Gobierno son mayores que sus ingresos. En el caso de El Salvador, descartó el especialista, al término de 2016 fue de 3.1 % del PIB y luego se redujo a 2.5 % en 2017. Sin embargo, para este 2018 se rompe esa tendencia y el Ministerio de Hacienda prevé un déficit de 2.7 %.
Con base a los datos del anteproyecto del Presupuesto General de la Nación de 2019, se prevé que el déficit del Sector Público no Financiero (SPNF) para el próximo año llegue al 3.7 % del PIB, el porcentaje más alto de los últimos tres años.
Las estimaciones indican que el peso del déficit en el SPNF representará $614.5 millones y al sumarle los compromisos previsionales, que serían $358 millones, el déficit fiscal global para el próximo año llegaría a los $972.5 millones.
Esos $358 millones corresponden a las trasferencias que debe realizar el Gobierno para pagar pensiones a cargo del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y del Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos (INPEP).
Al respecto, Membreño enfatizó “que son cantidades muy significativas y el déficit se vuelve algo muy preocupante para el próximo año”. Si la Asamblea Legislativa “aprueba este presupuesto como ha sido planteado, lo que vamos a tener es un problema mayor en los próximos años”, agregó durante un foro sobre las perspectivas económicas, fiscales y de pensiones.
Fuente: DEM